martes, octubre 04, 2005

Se acabó

No volveré a pisar tus pasillos más que para pasear mi nostalgia por ellos. Tus claustros vacios en los que resuenan los tacones de las pijas que llegan tarde a clase, no me verán más con la mochila que tanto tiempo me ha acompañado... desde segundo. Esa biblioteca en la que hasta los códigos hay que pedirlos por ordenador y la jurisprudencia decrépita del 87 a duras penas se sostiene en la balda; esos servicios en los que, vayas a la hora que vayas, siempre están los de la limpieza de manera que te tienes que buscar una alternativa. El laberinto de los despachos, por los que pasas y siempre sientes que no deberías de estar allí. La tortura del tablón de "calificaciones", las prisas del aparcamiento, la risas de la cafetería y el café radioactivo. En el fondo echaré de menos el olor a tabaco y a comida recalentada en la sala de los microondas, donde está la única máquina de café que me gustó durante los 5 años.
Claro que echaré de menos a la gente. A algunos profesores también y algo menos a casi todos los demás profesores, catedráticos, becarios, asimilados y demás fauna cuya única función en la vida es amargarte. Echaré de menos a los bedeles que he de decir que son los únicos majos que he encontrado en toda mi vida.
Pero sobre todo echaré de menos tus arcos de media punta, el jardín del centro del claustro, las grandes lámparas que cuelgan alrededor de 3 metros desde el techo y las aulas de estudio que permanecen cerradas desde finales de Julio hasta Mayo del año siguiente. La expendedora de salva-slips con fotografía de máquina de condones del servicio del primer piso. Echaré de menos ese edificio, que siempre miraba desde pequeña y en el que supe que iba a estudiar, de toda la vida.
Te echaré de menos. Pero no mucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, lo primero: ¡Enhorabuena por haber terminado la carrera!

Si que es cierto que, a pesar de lo mal que se pasa gracias a los exámenes y la "fauna", es una de las mejores épocas de la vida.

Guarda bien esos recuerdos y sigue adelante con la vida, que todavía te esperan muchas más cosas buenas.