Os voy a explicar cómo funcionan las relaciones madre-hija.
Tengo mucha fuerza de voluntad. EXTREMA.
SALVO para 2 cosas, y curiosamente con el mismo resultado:
1) Para dejar de comer.
2) Para aguantar el "sufrimiento" psicológico-físico-deportivo. Es decir, todo lo que sea sufrir sin motivo. Véase: hacer footing lo llevaría fatal, aerobic se me da bien; escalar me motivaría pero hacer pesas o abdominales me hunde.
Total. que este mes, después de verme los michelines al sol... he decidido que ya es hora de hacer un poco de vida sana, potenciar la fruta y lo verde en la dieta, dejar el chocolate un rato y volver a apuntarse a lo que sea, que si no tengo obligación de clase con día y horario, no voy. Además tengo una boda en un mes.
Bueno pues andando en estas... hoy he empezado mi plan Special-K particular. Y me cuesta un huevo. Necesito todo el apoyo posible y que en mi casa no se metan. Que no lo sepan. Porque de una manera u otra me van a machacar.
Ahora atención a la escena: Zibuk tranquilamente leyendo Parentesis Metodológico. Entra MI madre:
MADRE -de vacaciones- : hija, mañana comes en casa?
ZIBUK: no, mañana, pasado y al otro, como en el curro.
MADRE: ¿quieres que te prepare algo?
ZIBUK: (No por Dios, que seguro que me pones ensaladilla rusa con mayonesa) No ama, no te preocupes, ya me pondré algo por la mañana.
MADRE: He comprado fruta, por si quieres llevar para media mañana.
ZIBUK: ¡QUÉ BIEN! Eso me viene fenomenal, gracias. (¡Toma!, más a mano la fruta)
MADRE: Ah, también te he traído una napolitana pr si quieres para desayunar.
ZIBUK: (nAPOLITANA! Con chocolate! Joder, qué bueno... No Zibuk, contrólate... debes decir que no...) No ama, gracias pero... no creo que me la coma. (Y ahora mi madre se va a mosquear porque me la habrá traído con toda la ilusión)
MADRE: Y ESO??? (Pues vaya aprecio que me hace esta hija, yo con toda mi buena intención, y ella como siempre, haciendo feos)
ZIBUK: Es que... (joder... y ahora sale el tema de la dieta y ya la hemos liado, ya tengo cachondeo familiar para todo el mes, si lo llevo bien, si no)... bueno (adopto sonrisa sarcástica y de medio broma) es que me he puesto en operación biquini retrógrada.
MADRE: ¿SÏ? ¿y qué haces? (A ver qué se le ha ocurrido a esta ahora)
ZIBUK: (No quiero responder, no quiero responder.... no quiero que me digas que eso no sirve para nada, no quiero que mañana en la cena me déis el coñazo... no quiero que me habléis de vuestro dietista-nutricionista-lector del iris-vendedordetodoloquetengasoja que es un sectario, no quiero que me lavéis el coco, no quiero no quierooooo) Pues... nada... (adopto sonrisa de "te estoy tomando el pelo" mientras miro a la pantalla) ama, de verdad, respeta mi privacidad nutricional que... (tono de evidente broma, creo yo, para librarme de contestar)
MADRE:VALE, VALE TIA, ES QUE NO SE TE PUEDE PREGUNTAR NADA
ZIBUK: (Jodeer, ya estamosssssss, broncaaaaa) que no ama... que te estaba tomando el pelo...
MADRE: SIEMPRE IGUAL, SIEMPRE ME CONTESTAS DE MALAS MANERAS, PUES DESCUIDA QUE NO TE VOY A PREGUNTAR MÁS! HAZTE LO QUE QUIERAS Y COME LO QUE TE DÉ LA GANA.
ZIBUK: Ama... no exageres anda, que no te estaba contestando mal... era solo una broma...
MADRE: HALA HALA, ME DA IGUAL, POR MÍ HAZ LO QUE TE DÉ LA GANA, ME VOY A DOMIR. ¡BUENAS NOCHES!
Y Zibuk queda con la sensacíon agria de ser la mala hija que no agradece las napolitanas y que no sabe cómo decirle a su madre que se siente ahogada por lo que pueda pensar de ella.
Y esto desde los 15. Y mira que ha llovido...