Hoy me toca teorizar, generalizar, ya me perdonarán ustedes. Como siempre, al que no le guste, ahí tiene la URL que esto es gratis y no se obliga.
Tengo una experiencia absolutamente empírica de por qué las mujeres no ascendemos tanto en empresas y profesión. Las últimas teorías se referían al "techo de cristal" que nos autoimponemos, y no seré yo quien lo niegue, pero os voy a exponer lo que he visto a mi alrededor y así las chicas me diréis que es cierto (o no) y los chicos, que vosotros no sois así ( o no). Me arriesgo.
Caso #1 (real y escuchado a la protagonista)
Ane (nombre falso): me gustaría a Barcelona a estudiar un master el año que viene, pero no creo que lo haga.
Aitor (nombre falso): ¿y me dejarías aquí? ¿Después de 2 años? ¿Sabes que es eso para una relación? Me parece egoísta por tu parte. ¿Le das más importancia a tu carrera que a tu vida?
Ane: No, claro que no, por eso digo que no creo que lo haga, aunque podríamos aguantar.
Aitor: sí, sí, claro (con mala cara).
(al de 3 meses)
Aitor: el año que viene que acabo la carrera me voy a Londres a trabajar.
Ane: ¿qué??
Aitor: si bueno, podrías venirte conmigo
Ane: ni de coña, ¿qué hago yo allí? Si de lo mío no hay! Y no sé inglés!
Aitor: bueno si yo tengo trabajo allí y tú no tienes aquí tampoco, te puedes venir conmigo. ¿No te vendrías?
Ane: Pero Aitor... si no puedo, que allí no hay nada de lo mío
Aitor: bueno pues me voy sólo
Ane: ¿de verdad te irías?
Aitor: claro. Pero no te pongas así, joer, cómo eres. Tienes que aprender a ser un poco menos dependiente de mí...
Caso #2 (real y presenciado en parte)
Leire estudia y tiene exámen la semana que viene, lleva todo el día en la biblioteca. Jon trabaja por las mañanas...
(6.30 de la tarde)
Ring, ring!
Leire(nombre falso): sí?
Jon (nombre falso): ¿Quedamos? En 10 minutos.
Leire: estoy estudiando... Quedamos luego a las 9 si quieres.
Jon: es que tengo que ir a comprar unas cosas y cierran a las 7.30
Leire: pero es que tengo que estudiar... estoy muy agobiada... quedamos después de tus compras, vas, y como tardarás entre que vas y vienes, quedamos a las 8.30.
Jon: no que luego me voy a casa a cenar.
Leire: bueno pues si no puede ser...
Jon: Venga sal ahora de la biblioteca y así te despejas. Venga te paso a buscar. En 10 minutos. Hasta ahora.
Jon pasa a buscarle, van a por las compras, Jon deja a Leire en casa y Leire (que no ha salido del coche, ha estado media hora en doble fila esperando a que Jon salga de la tienda y evidentemente no se ha despejado en absoluto) tiene que ponerse a estudiar después de cenar, 3 horas por el tiempo perdido. Qúe no se le haya ocurrido protestar, que está amargada por el exámen.
Bueno con todo esto... (había más, pero creo que es suficientemente largo) ¿qué vamos a esperar? Luego normal que la mujer renuncie a su carrera, porque si no, es una mujer desnaturalizada por no hacerse cargo de sus hijos. Una amiga mía lo llama el "síndrome de la mujer ogro". Opinen, opinen.
2 comentarios:
Jajajaja. Qué bien que estés de vuelta. Bueno sabía que me ibais a decir eso. Pero lo que quería exponer (y de paso crear un poco de polémica) es que muchas veces, no está igual valorado que una mujer imponga sus planes que el que lo haga un hombre, y que muchas veces esa diferencia la establece el propio "cónyuge". No os lo toméis como algo personal, y mirad a vuestro alrededor objetivamente. ¿No es cierto que ocurre?
Y no, no es ni feminista ni egoísta. En todo caso, políticamente incorrecto, todo lo que tu quieras. Por qué las mujeres (en general) no se promocionan, porque se autolimitan. Pero la pregunta es ¿por qué? y mi respuesta es: creo que porque se espera eso de ellas, igual que se espera que salgas corriendo de la biblioteca o que no te vayas de Erasmus, o que dejes de trabajar cuando tienes hijos,... de un hombre no se espera, es un detalle si lo hace. Creo que esa es la diferencia. tampoco creo que sea culpa de ellos en particular.
Besitos
yo lo achaco al sindome premenstrual, menstrual y postmenstrual. así ellos dejan de insistir por lo incómoda que les parece la situación y yo me salgo con la mía, alguna alma candida incluso me ha llegado a traer bombones.
Publicar un comentario