Los días de Mierda

Ellos.

Minan mis sueños. Con su porquería capitalista, su consumismo, su entenderme como un producto.

Minan tus sueños. Aquellos sueños que atacabas con valentía, ellos, que te mimaban, te los niegan porque ahora no te necesitan.

Minan nuestros sueños. No pedimos mucho. Sólo poder ser nosotros mismos y juntos. Amarnos tras una puerta cerrada. Que algún día no seamos dos sino más.

Minan nuestra integridad. Cuántas veces esta semana me he planteado por qué malgasto mi tiempo, mis recursos, gratis, por los demás. Por qué soy voluntaria en algo, si ya me obligan a trabajar gratis para el enriquecimiento de otros, y nadie lo agradece, sino que soy yo además quien debo estar agradecida. ¿Por qué no invierto ese tiempo en mí, en mis sueños? Me hacen perderme a mí misma con el montón de mierda que me arrojan, que me hace preguntarme si para salir adelante tengo que ser tan tiburón como ellos, cuando yo sé que no soy así.

También te lo hacen a tí, pierdes la esperanza en la gente, pones en peligro tu preciosa capacidad de llorar por los demás.

Te preguntas: "si no pienso en mí, ¿quién lo hará? ¿Cómo tener tiempo para mí si me chupan por una lado y sigo dando sin recibir?".

NO LES ESCUCHES. ES SU TRAMPA.

Tú no quieres ser como ellos. Y yo mucho menos. Yo seguiré luchando por tí, por mí, por nuestros sueños, pero no dejaré jamás de luchar por El Proyecto. Recuérdame cuando me ahoguen, que dar me da a mí. Que soy más porque doy más. Que puedo salir adelante sin su ayuda, sin entrar a ese juego. Recuérdame que un día te dije: "ayúdame a recordar que soy fuerte para luchar".

Y si seguir siendo nosotros mismos nos perjudica económicamente, eso nos dará igual. Y si seguir siendo ese guerrero te hace ser más humilde, para mí serás el más grande. Y te amaré más que nunca.

Porque sé que tú también admiras eso en mí. Y que tú valores eso que nadie entiende, es lo más importante que puedes darme.

Ya lo dijo la poeta:

El hombre que me ame reconocerá mi rostro en la trinchera. Rodilla en tierra me amará, mientras los dos disparamos juntos contra el enemigo.

(Fragmento de la recomendable "Reglas del Juego para Hombres que quieran amar a mujeres mujeres" de Gioconda Belli).