Ayer hice un descubrimiento fatídico. Resulta que hay cierto blog que he leído alguna vez, en el que alguna vez ha comentado alguien que también me comenta a mí y yo a esa persona, y que está linkeado en otro blog el cual yo suelo leer. ¿Me seguís? Nada directo, un amigo de un amigo de un conocido. Y esta es la fatídica revelación:
¡¡¡LE CONOZCO!!!!
Vaya chorrada, diréis. Ah, no. Para un blog anónimo como el mío, eso ha sido todo un shock. Yo le he reconocido, aunque dudo que esa persona sepa de mi existencia, pero da igual. Si yo soy capaz de reconocer al autor de ese blog, el mío sería potencialmente reconocible. Vale, está bien, yo no pongo mis fotos en el blog (Dios me libre). Pero he tomado una serie de medidas para proteger mi anonimato y/o cosas que no quiero que se sepan. ¿Tan difícil es despegarse de esa fría losa que transportamos, llamada "identidad"? Es bonito despegarse a veces de las etiquetas propias, de aquellas que te marcaron y las llevas pegaditas... Tal vez están tan pegadas que se llevan en el alma, y eso es algo de lo que jamás puede uno despegarse, ¿no?
3 comentarios:
Bueno...yo por el tuyo te he conocido...esteeee......eres Zibuk!
Te entiendo perfectamente. ¡A mí me pasa eso y me da un soponcio! Crucemos los dedos...
Gooldi: Tú lo has dicho.
Linda: cruza cruza. Vaya susto me pegué. Ya te digo que no creo que esa persona me reconociera aunque pusiera mi foto aquí, pero yo sí que la conozco de vista, y sobre todo a unos amigos suyos... un sustito me llevé, sí.
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