No sé, a veces sientes como que llevas una temporada en la que todo va mal, ¿sabes? Como que nada te sale bien. A mí me pasa. Luego pienso en todas esas cosas que tengo buenas y no sé ni por qué me quejo, pero sigo estando triste. Y justo los días que más necesitas un abrazo, el dueño de los brazos no está disponible. No será su culpa, ni lo hará a propósito, pero es inevitable que te sientas como una apestada, que parece que todos huelen la mala leche y la tristeza y huyen como cobardes. Empiezas a ver señales. Ah, o sea, tiene tiempo para ESO pero no para mí. O sea, me dice que no podía traerme a casa porque tenía clase y resulta que cuando llego a casa todavía está en la suya y no ha salido. O sea, justo el día que estoy enferma, justo ese, no hay nada decente para desayunar en casa...
Que no significa que los de alrededor no te quieran, simplemente hoy necesitas abrazos, y los dueños de los brazos están ocupando haciendo sus cosas de todos los días. Tus horas han parado, pero las suyas no.
Pues que luego no me digan a mí que trabajo demasiado y no les hago caso.
3 comentarios:
¡Apestada! ¡Apestada!
Si que...has vuelto con ganas carajo. Que jartada de leer...reivindicación de la semana santa con los michelines colgando, subida en un toro blanco mal aparcado con modificación de matrícula.
El abrelatas pero para zurdos...ese si que es un buen invento, a mi me ha cambiado la vida.
¿Que clase de persona busca las claves de un anuncio de compresas en un foro ciclista?...jajaja ...mujer luego te huyen claro ;p
Me alegra leerte.
Jake: te odio.
Patapalo: no lo busqué allí, me llevó el Google. Volví con ganas, pero se me están quitando.
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