[N.A: En realidad el final ya era final, o sea que Mikel no decía nada. Pero dado el apoyo popular a que Mikel se lo piense (vamos que Igo se empeña, con dos votos en dos días), se hará loq ue se pueda por que acabe en plan bien, aunque yo suelo ser propensa a finales más bien dramáticos, los alegres me parecen pastelosos, pero bueno. Allá vamos.]
Mikel esperaba a Leire en el sillón, preocupado. Tenía que decir que ya no la amaba, para no sentir que mentía. Leire llegó con dos copas de vino. Las dejó sobre la mesa y se tumbó en el sofá, inclinando su cabeza sobre la de Mikel. "Te he echado de menos hoy" susurró.
Leire alargó la mano, cogió una copa y se la dió a Mikel.
- Bebe anda. - Él la cogio y le pegó un sorbo.- Dime.
- ¿Qué quieres que te diga?- dijo él, dejando el vino en la mesa.
Leire se revolvió apoltronándose más aún en el sofa, y cerrándo los ojos.
- No sé. Lo que me ibas a decir esta mañana que no me has dicho, y que estás preparándote psicológicamente para decirme. Dímelo. Porque si no mañana vas a estar como hoy. Y no hay quien te aguante cuando no estás pensando en lo que estás haciendo.
-¿Soy tan evidente?
Ella asintió con la cabeza, exageradamente.
Mikel se rió. Ya no quería decírselo. ¿Qué chorrada era esa que había estado pensando todo el día? Además, si se lo decía ella se iba a entristecer.
- Nada.
Ella abrió los ojos de golpe, y se incorporó.
- ¡Venga ya! Dímelo.
- Nono, que no es nada.
- Mikel... - dijo mientras se volvía a tumbar con la cabeza sobre su regazo
Suspiró. Vale, tú lo has querido.
- Bueno pues que he tenido todo el día la sensación de que ya no te quería. Y quería decírtelo, para no estar engañándote. Pero ya se me ha pasado. De verdad. Laztana... no llores...
- No lloro.- Mentira. Leire tenía los ojos encharcados. Pero ¿qué iba a decir?Soy idiota, pensaba Mikel.
- Lo siento. Soy idiota.
Leire se secó las lágrimas y se rió.
- Si que eres un poco idiota. ¿Sabes cuántas veces he sentido yo eso mismo por tí? El amor no es una nube rosa, Mikel. A veces se duda, a veces se siente una que preferiría más espacio, más tiempo. A veces veo tu ropa y pienso cómo sería si tú no estuvieses. Y no siempre pienso que sería peor, ¿sabes? Pero sí sería peor. Lo sé. Lo sabemos, y es lo que cuenta. No siempre podemos estar dándonos cuenta del amor. Está ahí. Y siempre estará, pero a veces, no se siente.
- ¿Por qué nunca me lo has dicho?
- Porque duele.
-...
-...
Mikel miró la copa de vino de la mesa.
Leire también la miró:
- Bébetela.
- Es la tuya.-dijo él
- Ya.
-...
- Bébetela, Mikel. No lo vamos a tirar.
- ¿No te apetece?
- No es eso.
- Entonces?
Y ella sonrió.
- No puedo. Estoy embarazada.
Mikel esperaba a Leire en el sillón, preocupado. Tenía que decir que ya no la amaba, para no sentir que mentía. Leire llegó con dos copas de vino. Las dejó sobre la mesa y se tumbó en el sofá, inclinando su cabeza sobre la de Mikel. "Te he echado de menos hoy" susurró.
Leire alargó la mano, cogió una copa y se la dió a Mikel.
- Bebe anda. - Él la cogio y le pegó un sorbo.- Dime.
- ¿Qué quieres que te diga?- dijo él, dejando el vino en la mesa.
Leire se revolvió apoltronándose más aún en el sofa, y cerrándo los ojos.
- No sé. Lo que me ibas a decir esta mañana que no me has dicho, y que estás preparándote psicológicamente para decirme. Dímelo. Porque si no mañana vas a estar como hoy. Y no hay quien te aguante cuando no estás pensando en lo que estás haciendo.
-¿Soy tan evidente?
Ella asintió con la cabeza, exageradamente.
Mikel se rió. Ya no quería decírselo. ¿Qué chorrada era esa que había estado pensando todo el día? Además, si se lo decía ella se iba a entristecer.
- Nada.
Ella abrió los ojos de golpe, y se incorporó.
- ¡Venga ya! Dímelo.
- Nono, que no es nada.
- Mikel... - dijo mientras se volvía a tumbar con la cabeza sobre su regazo
Suspiró. Vale, tú lo has querido.
- Bueno pues que he tenido todo el día la sensación de que ya no te quería. Y quería decírtelo, para no estar engañándote. Pero ya se me ha pasado. De verdad. Laztana... no llores...
- No lloro.- Mentira. Leire tenía los ojos encharcados. Pero ¿qué iba a decir?Soy idiota, pensaba Mikel.
- Lo siento. Soy idiota.
Leire se secó las lágrimas y se rió.
- Si que eres un poco idiota. ¿Sabes cuántas veces he sentido yo eso mismo por tí? El amor no es una nube rosa, Mikel. A veces se duda, a veces se siente una que preferiría más espacio, más tiempo. A veces veo tu ropa y pienso cómo sería si tú no estuvieses. Y no siempre pienso que sería peor, ¿sabes? Pero sí sería peor. Lo sé. Lo sabemos, y es lo que cuenta. No siempre podemos estar dándonos cuenta del amor. Está ahí. Y siempre estará, pero a veces, no se siente.
- ¿Por qué nunca me lo has dicho?
- Porque duele.
-...
-...
Mikel miró la copa de vino de la mesa.
Leire también la miró:
- Bébetela.
- Es la tuya.-dijo él
- Ya.
-...
- Bébetela, Mikel. No lo vamos a tirar.
- ¿No te apetece?
- No es eso.
- Entonces?
Y ella sonrió.
- No puedo. Estoy embarazada.
3 comentarios:
Pero al final se busca amante o no se busca??? porque eso no lo has aclarado y yo tb he puesto dos respuestas...
Al niño le pueden llamar SIRU???
AJjajajja. ¿Tengo que poner -FIN- para que entendáis que se ha acabado?? Que lo mío no son las historias largas...
Siru--> nada de amantes. EL niño se llamará SIru. Y tú el padrino.
Igo--> tampoco es plan de hacer leña ´del árbol caído. Pobre Mikel, ya lo ha pasado suficientemente mal.
Cuando leí la primera parte de la historia pensé que ese final en el que Mikel no decía nada era perfecto, que no había nada más que añadir. Pero has conseguido mejorarlo con lo que le dice la mujer de que eso le pasa a todo el mundo. Enhorabuena.
No me hagas mucho caso, pero, no sé porqué, tengo la sensación de que lo del embarazo sobraba. Como te digo, no me hagas caso, que la historia es muy bonita y está muy bien escrita. Y no la sigas, queda muy bien así.
Publicar un comentario